Acompañamos como todos los años a nuestra compañera María Rosa, en el festejo por la Navidad junto a los niños de su vecindario. Con mucho dolor vemos que la situación de Ciudad Oculta no ha cambiado, todas las necesidades siguen latentes. Ponemos toda la esperanza y le pedimos cordura y lucidez a los gobernantes para generar políticas públicas que le resuelvan el problema a la gente. A pesar de las carencias los chicos ahí estan con el corazoncito puesto en la ilusión de vivir en un mundo mejor.
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