La Mesa de Mujeres por la Paz queremos hoy sellar un compromiso con nuestra mentora la Dra. Elisa Carrió. Compromiso que asumieran nuestras compañeras, allá por Diciembre de 2006.
Somos un grupo de mujeres que venimos de distintos lugares, creencias religiosas, profesiones, saberes, que nos unimos en nuestra diversidad e iniciamos un camino de comunión.
Este compromiso tiene que ver básicamente con llevar un mensaje de Paz a la sociedad, contribuir a la construcción de cuidadanía, ya que la activa participación de la sociedad en la “cosa pública” nos llevará a la tan ansiada Paz Social.
La paz tiene que ver con la acción y el compromiso en esa acción, con no callarse y consentir la mentira, la violencia, el abuso, el atropello a los derechos esenciales del ser humano, a respetar la vida, la salud, el trabajo y salario dignos, el acceso a la vivienda, la educación y a la igualdad de oportunidades.
Es en ese cometido, que ayudamos y sostenemos a todas estas mujeres valientes, que todos los días en sus lugares, buscan una salida digna en la lucha contra la pobreza, el flagelo de la droga y el atropello a toda forma de dignidad humana que significa la trata de personas.
Deseamos de todo corazón, y trabajamos activamente para ello, que nuestra sociedad se convierta en una sociedad de principios, en donde valga fundamentalmente la palabra, donde el valor de la verdad, de la justicia, del respeto a la ley, sean nuestro norte; donde no se use al otro, no se manipule a las personas, donde se erradique la desigualdad social.
Que seamos duros e inflexibles con estas pocas reglas básicas, que constituyen una comunidad más justa, y flexibles para acordar con los otros, en otras cuestiones menos básicas, que tienen que ver con la forma más conveniente de llevarlas a cabo.
Queremos armar una revolución desde el Amor y contribuir en la medida de nuestras posibilidades, a cambiar las viejas prácticas de hacer política. Porque entendemos, que son aquellas las que nos mantienen injustamente sometidos, en un sistema perverso que conmina a nuestros hermanos a vivir en la miseria y sometidos para que unos pocos puedan tener todo, menos Paz.
Instalar el valor de la palabra como medio de interacción social. La palabra nos constituye como seres sociales y nos eleva. Cuando un niño pequeño que va tras aquel objeto que le atrae y lo arrebata, los padres, los maestros, les enseñamos que se debe pedir y no arrancar, la intermediación de la palabra, algo tan básico como este ejemplo, es lo que nos pasa como sociedad frente a la violencia.
Si cada uno de nosotros pudiera entender que el lugar que ocupa es único e insustituible, y que otros podrán ejercer alguna función similar, pero nunca en sustitución de lo propio, desaparecería el temor, y todos estaríamos cumpliendo nuestra misión y contribuyendo a la armonía natural, como una gran sinfonía en la que cada instrumento se ensambla con los otros en perfección.
Por ello es que nos comprometemos a alentar la participación y cooperación ciudadana entre mujeres de todo el país y a trabajar por el logro de los objetivos enunciados.
Desde la diversidad de pensamiento, aceptar el disenso, que nos permite analizar lo diferente, no como adverso, intimidante o caótico, sino por el contrario como elemento de comunión de las relaciones humanas y de la construcción del cambio al que estamos abocadas.
Intentamos crear herramientas que nos permitan como sociedad educar, trabajar, gobernar y amar de otra manera.
Nuestro País es lo suficientemente generoso como para que desterremos de una vez y para siempre la idea que debemos sostener nuestro bienestar en la opresión de los otros.
MUCHAS GRACIAS, LILITA, POR SER NUESTRA FUENTE DE INSPIRACION.-
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