“…el lugar en el cual se puede salvar la política democrática es donde hay palabra con sentido y significado, donde hay lenguaje y no pura acción, porque hay reconocimiento del otro.
Cuando reconozco al otro, que es prácticamente la sustantividad democrática, lo hago solo por la palabra. Si la palabra y el lenguaje no se preservan, no hay otro. Sólo podemos reconocer al otro, político, humano, cuando hay lenguaje sociedad y democracia.
La Argentina corre enormes riesgos.
En primer lugar, no puede resolver el respeto al reglamento básico y sin éste no hay democracia. Debemos resistir la pretensión de establecer nuestras extraordinarias habilidades con el fin de jugar con el reglamento de todos.
En segundo término, debemos recuperar la palabra. Si la sociedad banaliza el significado de la palabra, se llega a una anomia colectiva brutal, donde nada puede unir, porque la palabra que vale para cualquier cosa finalmente no vale para nada.
Recuperar la palabra, entonces, como significado sustantivo, es salvarse de la guerra, que es salvarse de la muerte.
Jornada Internacional sobre ética y Política, organizada por el Senado de la Nación 17 de abril de 1998
Pág.298 - Hacia un Nuevo Contrato Moral - 2004
de Elisa Carrió
Editorial NORMA
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