NUEVA HUMANIDAD
nuevo paradigma socio-político, cultural y
espiritual
Los
movimientos y organizaciones sociales democráticos, culturales, ambientalistas,
de género y étnicos, son una herramienta fundamental para el cambio de
paradigma.
Pueden
generar una fuerza inigualable, si convergen en una Causa fundada en los
principios con profundo respeto por la Humanidad , basada en la inclusión, la
participación plena y amplia, la diversidad creativa, la visión estratégica. Es
de suma importancia restarle valor a los teoricismos doctrinarios, los falsos
nacionalismos, los clasismos sectarios, los mesianismos obsesivos, los fundamentalismos
estrechos y los afanes
táctico-coyunturales.
Un
gran río es el símil de ese actuar colectivo: Es un movimiento permanente,
auto-energético, que se alimenta de muchas aguas (fuerzas) sin que ninguna
pretenda dirigir, imponer, conducir. Si la idea y el sentimiento están claros,
la dirección la desarrolla el movimiento mismo.
Ese gran río se alimenta de pequeños nacimientos, riachuelos y quebradas, que
van formando medianos y grandes ríos que alimentarán el gran torrente. Es la acción
barrial, sumándose y multiplicándose desde lo local a lo regional, nacional e
internacional.
Habrá corrientes “limpias y cristalinas” como también “contaminadas y oscuras”,
pero ninguna debe ser rechazada; el movimiento mismo las mezcla, las oxigena y
energiza. Ello significa que la calidad de las acciones deberá ir de lo simple
a lo complejo. Los sectores más avanzados y organizados deben tener en cuenta
las condiciones de las mayorías; con paciencia pasaremos de la acción simbólica
a la movilización efectiva, poco a poco, como un río transitando por tierras
tranquilas. De tal manera que cuando se nos atraviesen grandes obstáculos la
carga acumulada sea capaz de romperlos, pero manteniendo la dirección del caudal.
Ese gran río se va alimentando en las regiones por donde pasa, pero también las
retro-alimenta a ellas. Por ello, en el movimiento debemos partir de acuerdos
mínimos, priorizados pensando en las mayorías y no en elites iluminadas. No
podemos partir de las “fórmulas programáticas” que elaboran y entienden unos
pocos, sino de las necesidades consensuadas por el movimiento real. “Aprender
haciendo”.
Es un proceso de ganar confianzas, amistades, entendimientos, gustarnos y
querernos tal como somos, en nuestras particularidades y diferencias, para
poder potenciar nuestras similitudes y semejanzas. Al fin y al cabo todos somos
humanos. Se necesita apertura mental, madurez, flexibilidad, modestia y
sencillez para corregir entre todos el curso, cuando veamos que el río está yendo
por una dirección equivocada o que nos hemos detenido.
Actuar en movimiento humano como actúa la naturaleza, dado que somos parte de
ella. Ser partícula y a la vez onda; reivindicar nuestra individualidad que
sólo puede ser realizada en comunidad. Ser como el agua que tiene una tensión
interna (molecular) que es lo que le otorga su fuerte cohesión, pero a la vez
le permite tener una gran flexibilidad.
En medio de ello requerimos nuevos lenguajes, que reflejen esa capacidad para
entendernos no sólo entre políticos, o entre ambientalistas, o entre “iguales”,
sino que seamos capaces de hablarnos a nivel universal. Dicho mensaje debe ser
entendido por un niño.
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