“Un nuevo contrato moral es la construcción de la paz y de la nueva prosperidad en la Argentina y América Latina” - Elisa -

sábado, 6 de febrero de 2010

Yo me llamo Casimira

Cuando visitó la Argentina, en el 2007, participó de un encuentro en el Instituto Hannah Arend, junto a Lilita y todas las mujeres y hombres interesados en conocer la realidad por la que atraviesan nuestra hermanas bolivianas.

Agencia de Información Fray Tito para América Latina
www.adital.com.br
27.02.07 - AMÉRICA LATINA

V CLAI: Entrevista a Casimira Rodriguez Romero
José Oscar Beozzo *

Adital - Entrevistamos para el BOLETIM REDE y ADITAL Casimira Rodríguez Romero, indígena quechua de Bolivia, Ministra de Justicia en el primer año del gobierno de Evo Morales. Fue presencia destacada en la V Asamblea Del CLAI por la claridad de sus posiciones, simplicidad de sus actitudes y por el impacto simbólico de su trayectoria Primera mujer indígena a ocupar el Ministerio de Justicia en un país de las Américas, su nombramiento abrió camino para un repensar sobre la justicia vigente, siempre demorada y distante del pueblo; en una lengua y códigos extraños a la tradición de las comunidades indígenas.
REDE-ADITAL: Casimira, háblenos un poco de tu vida, de tu pueblo y de tu familia.
Casimira Rodríguez Romero: Yo me llamo Casimira. Soy Rodríguez por el lado de mi papa y Romero por parte de mi mama. Nací en la provincia Mizque - Comunidad San Vicente, en el departamento de Cochabamba, en Bolivia.
Entre muy temprano en la lucha por la supervivencia. Mis padres eran campesinos y ya empecé a trabajar desde mis primeros años.
A los trece 13 años, salí de casa, para ir trabajar como sirvienta en una casa en la ciudad. Fue espacio de mucha explotación, humillación. Me llevaron del campo a la ciudad. Fue una servidumbre, expuesta a muchos peligros. Trabajaba, dormía, comía y vivía en la casa misma donde estaba. Trabajaba de 17 a 18 horas, sin recibir salario alguno.
Después cambié con el apoyo de mi mamá. Con 15 años, volví de Cochabamba a mi pueblo, sin haber recibido sueldo alguno por los dos años de trabajo, sin ninguna ropa...
En la casa en Cochabamba, atendía cocinando a 15 personas. Tenía que lavar, planchar, cuidar a los nietos de la señora. Había montañas de ropa para lavar. Mucha gente.
Todo este aparato de explotación era muy disfrazado. Me decía la señora:
"-- Casimira, eres parte de la familia, te queremos mucho…"!
REDE-ADITAL: ¿Y cuándo entraste a la lucha más social y política?
CRR: Más tarde volví otra vez a Cochabamba y empecé con otro trabajo, siempre en casa de familia.
Empecé a conocer trabajadoras de servicio domestico en la ciudad. En esta segunda casa, fui mucho marcada por la cuestión de la discriminación social y étnica, por el trato que a uno le hace. La opinión de la empleada no era nada importante para la señora de la casa.
De pronto tienes espacio específico como empleada. Querían hasta cambiar mi forma de vestirme, como indígena. En este momento, ya estaba involucrada en el grupo de trabajadoras del hogar. Allí compartíamos nuestros problemas y nuestra propia liberación como personas y la importancia de la unidad entre nosotras.
El primer grupo de trabajadoras del hogar se reunía en una iglesia católica, pero era un grupo ecuménico. Estaban nosotras, el padre y un pastor metodista. No nos evangelizaban: daban técnicas de costura, música, trabajos domésticos.
Teníamos descanso de fin de semana, pero solo de tres a cuatro horas en el domingo por la tarde. Esto era en el año 1985.
La organización nos pasó a ir liberando.
REDE-ADITAL: ¿Cuáles eran las principales reivindicaciones de las trabajadoras del hogar?
CRR: La primera propuesta de las trabajadoras del hogar fue tener un día de descanso, alcanzando a liberarnos el domingo. Empezamos a sacar nuestra voz frente a los medios de comunicación, a las organizaciones sociales, a los políticos.
La organización empieza a hacerse visible así como la problemática de las trabajadoras del hogar.
Para no pagar el sueldo, las señoras nos acusaban de robo. Tenías hora para entrar al trabajo pero no de salir.
Dicen que eres parte de la familia, pero salen amenazas.
REDE-ADITAL: ¿Hay en Bolivia una ley para el trabajo domestico?
CRR: No. No había. Esto fue parte de nuestra lucha. Nos movilizamos para que el congreso iniciara la discusión de un proyecto de ley de las trabajadoras del hogar.
REDE-ADITAL: ¿Cuáles eran los puntos claves de la ley en discusión en el Congreso?
CRR: El primero era tener un horario de trabajo, con un número limitado de horas; el segundo era tener derecho a vacaciones; el tercer, asegurar beneficios sociales por los años de trabajo: una indemnización por los años trabajados, en fin tener un verdadero contrato de trabajo.
La cuestión de salud estamos tramitando
REDE-ADITAL: ¿Cómo pasaste de la lucha social a la lucha política?
CRR: Con todo el proceso de las trabajadoras del hogar, hicimos muchas movilizaciones. Mi imagen fue sobresaliendo. Evo Morales estaba de diputado y nos coordinábamos con él. Cuando la prensa venía a preguntarle sobre la movilización, decía: Hay que entrevistar la compañera Casimira.
Él hacía sus movilizaciones y llevábamos refresco, comida, para apoyar los manifestantes.
Gracias a la organización que creció nos metemos también en el ámbito local, nacional y continental con la Confederación de las Trabajadoras del Hogar de AL y el Caribe.
En el año 2002, fue invitada por Evo para ser diputada. Yo tenía miedo, no me sentía preparada y rehusó la invitación. Mis compañeras me cuestionaran mucho, diciendo que yo debía ir al congreso para defender la ley que reglamentaba y protegía a las trabajadoras del hogar.
En 2005 cuando me invitó para ser Ministra de Justicia, tuve que aceptar. Era demasiado complicado para mí, porque tenía que entrevistarme con jueces, abogados, pero el festejo de mis compañeras y de las mujeres en general fue muy grande cuando fui nombrada ministro.
Como Ministra de Justicia, establecí para el 30 de marzo el Día de la Trabajadora del Hogar.
Cuando fui al ministerio, este era un monstruo para mí. Era toda una gente muy desconocida: políticos, abogados, mujeres y hombres con diferentes pensamientos.
Construir confianza con ellos fue complicado al inicio.
Intentar entender todo el proceso de cambio que Bolivia estaba viviendo, era también complejo, así como las relaciones con el cuerpo diplomático, las instituciones, los movimientos sociales. Todos vienen buscar espacio y presentar sus demandas y pleitos.
En algún momento me dijo a mi misma: me equivoqué de camino.
He pedido al Señor y me puso a orar: "Señor, antes de ser ministra de un color político, quiero ser ministra tuya. Yo venía como iglesia de una comunidad metodista y no dejé de frecuentarla a cada domingo, siempre que podía.
Ser ministra, era como estar en una jaula de oro: muchos policías, cuerpo de seguridad, mucha gente alrededor, como para proteger a la reina.
REDE-ADITAL: ¿Qué ha representado tu paso por el Ministerio de Justicia?
CRR: He dado un enfoque de país y no de intereses privados a la gestión de la justicia.
Estar allí una indígena era una denuncia de la injusticia en el aparato de justicia de Bolivia.
La retardación de la justicia castigaba a mucha gente, sobretodo la más sencilla. Empezamos a impulsar la justicia indígena, la justicia comunitaria. Empecé a aprender de ellos.
REDE-ADITAL: ¿Cuáles son las diferencias entre justicia comunitaria de los indígenas y la del aparato judicial?
CRR: La justicia en las comunidades indígenas es transparente y es delante de todos. La sanción es un consenso del pueblo. No castigas con la cárcel a los acusados y es una justicia integradora. No cuesta plata y es rápida. La justicia ordinaria separa la justicia civil, la penal y la social. En la justicia comunitaria tratas de todos estos temas: temas de tierra, problemas familiares, problemas linderos entre las propiedades, daño a las plantaciones provocados por animales, algún robo y hasta muertes. Si hay conflictos entre las partes, el consejo de ancianos ayuda a dar luces a la autoridad. Ellos arreglan cosas chiquitas y grandes.
En la justicia ordinaria el idioma de las personas no se respeta. Se usa siempre el castellano que no es idioma de las poblaciones nativas y se interpreta todo a la mirada del abogado.
En la justicia comunitaria es todo en el idioma local. La victima puede defenderse y la comunidad investiga. Es rápido.
El Tribunal castiga el individuo con la cárcel. La comunitaria al revés hace reflexionar a la persona y la familia y le hace reparar el daño.
REDE-ADITAL: ¿Cuánto tiempo quedaste al frente des Ministerio de Justicia?
CRR: Me quede un año en el ministerio y el más importante fue recibir la gente y escucharla. Investigamos a desapariciones forzadas, a las persecuciones políticas. Tomaos los resarcimientos como cuestión de justicia.
Hemos trabajado bastante el tema de la corrupción como Ministerio de Justicia; impulsado la educación en el tema de derechos humanos. Hicimos un trabajo transparente. Buscamos ejercer la mediación en medio a los conflictos; conflictos entre ciudadanos, mas que en contra al propio Estado. Nos hemos desvelado en dar atención en cuestiones de justicia que afectan a los pobres: recuperar a niños, mujeres, inmigrantes. Algunos bolivianos estaban en Brasil en condiciones de esclavitud. En el Consejo para Migración, trabajamos fuertemente en contra la trata y el tráfico de personas.
Nos tomó bastante tiempo y esfuerzos las atenciones contra injusticias. Hemos ido recuperar casas, tierras de viejitos que habían sido robadas.
Las comunidades venían a buscarme con tanta esperanza. Por primera vez podían venir al Ministerio y ser recibidas por el Ministro, hablando su propio idioma. Antes solo empresarios, jueces, abogados y personas importantes eran recibidos por el Ministro.
Era histórico que una ministra llegaba a sus pueblos, para conversar con la gente y oírla.
En todo el año he ido al culto porque era lo que me alimentaba espiritualmente.
Muchos hermanos de diferentes iglesias iban al Ministerio de Justicia para orar para mí, darme apoyo.
Cuando salí del Ministerio, recibí muchas llamadas telefónicas. Me enviaron mensajes, versículos bíblicos, dándome todo apoyo.
REDE-ADITAL: ¿Cuáles fueran las razones para dejar el ministerio?.
CRR: Como invitada, era la decisión del presidente. Cada año cuando termina el año, todos los ministros entregamos nuestros cargos. Fueron cambiados seis ministros. Lo tomé como voluntada del Señor.
Fue bueno la salida para mí. Voy pasando a un costadito. Solo tengo a agradecer a Dios.
¿Cómo el Señor puede levantar a una indígena de su pequeñez y llamarla a este servicio para todo el país? Muchas veces antes de ir a resolver una situación difícil pidiendo a Dios:
"-- Dame sabiduría, dame las palabras justas".
Fue tranquilizante para mí el salir del Ministerio.
Voy a seguir apoyando la organización de trabajadores; impulsar construcción de paz y trabajar por superar la violencia en la sociedad.
REDE-ADITAL: ¿Cuál fue la reacción de tu familia, de tu mamá cuando fuiste llamada a ser Ministra y cuando dejaste el Ministerio?
CRR: Mi mamá sufría mucho por estar en la prensa, por verme criticada.
Yo tengo un sobrino pequeño. Él me decía:
"-"Ahora tía, tú eres ministra de la justicia. Tía, que es justicia?
Otro día tuvo que ir a un centro minero donde había muchos conflictos. Él decía:
"-- Tu vas allá y tienes que arreglar muchos problemas!"
El niño está creciendo con ideas interesantes. Pide muchas explicaciones.
REDE-ADITAL: ¿Y qué planeas ahora para el futuro?
CRR: Quiero dedicarme a crear una fundación de mujeres bolivianas. He encontrado muchos conflictos, como autoridad, como indígena, como mujer. Quiero trabajar con otras mujeres, para hacernos constructoras de paz y de justicia.
* Teólogo, director de CESEP, re

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