“Un nuevo contrato moral es la construcción de la paz y de la nueva prosperidad en la Argentina y América Latina” - Elisa -

sábado, 25 de febrero de 2012

Miércoles de Ceniza


Sábado 25 de febrero de 2012 | Publicado en edición impresa

Miércoles de Ceniza

Por Alvaro Abos | Para LA NACION

A las seis y cinco de la mañana del lunes 12 de julio de 1930, en medio de una espesa niebla, un tranvía de la línea 105 que unía Lanús con Retiro se disponía a atravesar el Riachuelo por el puente Bosch. El conductor no advirtió que el puente estaba levantado para que pasara un barco. El tranvía cayó al Riachuelo. Murieron ahogados 56 de los 60 pasajeros. Raúl González Tuñón cubrió esa tragedia para el vespertino Crítica y tituló su crónica "El sándwich de milanesa". Lo llevaba en el bolsillo una de las víctimas, un chico de doce años que iba a trabajar. Todos los muertos eran obreros de Avellaneda y otros barrios del Sur. Natalio Botana, el director de Crítica, publicó en primera página la nota de Raúl González Tuñón, quien después se convertiría en uno de los grandes poetas argentinos, pero que entonces era sólo un reportero principiante. La historia del tranvía caído en el Riachuelo es hoy una página legendaria de la memoria social argentina. Ha inspirado libros y películas. Aquella tragedia se convirtió en emblema de la década del 30, que entonces se iniciaba. Una década oscura, triste, indigna.

No hay comentarios: